La clave para ahorrar en la limpieza se fundamenta en una correcta formación y elección de los productos.
¿Ahorrar en la limpieza? Sí, pero no a cualquier precio.
Las tareas de higiene son algo tan banal que, muy frecuentemente, caemos en el error de reducir gastos a toda costa de esta partida.
Como hemos repetido en diversas ocasiones, la limpieza y desinfección de los espacios debe ser contemplada como una inversión y no tanto como un gasto.
Y es que en ámbitos como, por ejemplo, el sanitario o el industrial, higiene es sinónimo de salud y bienestar para las personas.
El ahorro en la limpieza debe residir, principalmente, en la optimización del tiempo y del consumo de productos y no tanto en la compra de material.
En este artículo ofrecemos algunas recomendaciones para ahorrar en la limpieza sin que ésta deje de ser efectiva.
La importancia de los dosificadores
En el empaque de cada uno de los productos de limpieza, podremos encontrar cuales son las cantidades y uso recomendado. Además, la mayoría de ellos, traen medidores para que podamos disponer de la cantidad exacta y precisa para la limpieza.
Recordemos que utilizar demasiado es sinónimo de gastar más dinero.
En el caso del jabón líquido o gel antibacterial, el uso de dosificadores evita el uso excesivo generando un ahorro ya que el producto no se termina tan rápido.
Usa sistemas de dosificación para optimizar el consumo de detergentes y desinfectantes
La sobredosificación de productos químicos es un problema real durante las tareas de limpieza y desinfección.
A menudo creemos que, usando una mayor cantidad de producto, obtendremos mejores resultados de higiene.
Sin embargo, la sobredosificación acaba generando resistencia en algunos microorganizmos y supone sobrecostes para las empresas.
Selecciona únicamente los productos químicos que necesites para la limpieza
Actualmente, la oferta de químicos para la limpieza es tan amplia que, en muchas ocasiones, llenamos nuestros almacenes de productos que realmente no necesitamos.
Para la limpieza únicamente debemos diferenciar entre tres tipos de detergentes: alcalinos, neutros y ácidos, que nos servirán para eliminar restos de grasa, limpiar las superficies más delicadas o acabar con los restos de cal.
A partir de aquí, las diferentes composiciones y formulaciones harán que los detergentes sean más o menos eficaces sobre determinadas superficies (cristales, acero inoxidable, plásticos, etc.).
Limita la actuación de los desinfectantes en función del riesgo que presenta el espacio
Igual que ocurre con la sobredosificación de productos químicos, también es habitual optar por los desinfectantes más potentes y aplicarlos sobre cualquier superficie.
En este punto, es importante entender que la actuación de los desinfectantes debe ser proporcional a los riesgos que presente cada espacio ya que, si no, cabe la posibilidad de que los virus o bacterias creen resistencias.
Así, elegiremos desinfectantes de bajo nivel para las zonas con menor riesgo; desinfectantes de nivel medio para las zonas con riesgo moderado y limitaremos el uso de desinfectantes de alto nivel para las zonas más críticas de hospitales o instalaciones sanitarias.
Invierte en material de limpieza profesional y con diseño higiénico
La frase “lo barato a veces sale caro” cobra aun más sentido cuando hablamos de limpieza.
El uso de material de limpieza de baja calidad, además de ofrecer una vida útil más corta de los productos, hace que existan mayores posibilidades de desprendimiento y, por tanto, mayor riesgo de contaminación.
Además de considerar la calidad y el diseño higiénico del material de limpieza es importante prestar atención a sus cualidades ergonómicas.
Cuida del personal de limpieza y ofrece formación constante
La mayoría de las bajas laborales del personal de limpieza se asocian a daños musculares o a intoxicaciones por productos químicos durante el trabajo.
Una de las soluciones para reducir el volumen de bajas es ofrecer formación continuamente para mantener actualizado al personal sobre la normativa y para prevenir riesgos durante la manipulación de químicos.
Además, dotar al personal con productos ergonómicos también previene las dolencias musculares.